domingo, 16 de septiembre de 2007

Richard Ashcroft - Keys to the world


Este álbum debería llevar el título “cómo no se deben hacer las cosas”.
El tercer disco en solitario del que fuera líder de The Verve, deja mucho (por no decir muchísimo) que desear. Salvo un par de temas correctos (el rockero Why not nothing, y la balada Breack the night with colours –en el que Ashcroft se imita a sí mismo -) no hay nada que hacer con él. Al contrario de lo que nos tenía acostumbrado, Keys to the world no funciona en conjunto, canciones absolutamente diferentes las unas de las otras, todas sin fuerza ni intensidad. Están a medio gas. Como si se tratase del primer álbum de un triste imitador quiero y no puedo de mi artista favorito. En algún momento intenta sorprendernos, agárrate lorito, a lo Tom Jones como con Music is power, pero no, no sorprende.
Ni rastro del brillante compositor de temas como A song for the lovers, Money to burn, Come on, o History entre otras.
Pero al contrario de encontrarnos ante el duro final de un músico que fue y ya no es, estamos convencidos de que lo próximo que saque con o sin The Verve (que por cierto, se han unido –para salvar al mundo de Coldplay esperemos-) será genial, y que, a excepción de este último disco, Richard Ashcroft aún tiene mucho que decir.

Pd: Lo que NO hay que hacer: 1, creerse la crítica de Rolling Stone, “a la tercera va la vencida”, cuando tanto Alone with everybody y Human nature son excepcionales y mucho más superiores a éste. Y 2, escuchar el tema Sweet brother Malcolm, duro duro.

Why not nothing, para mi lo mejor del disco,