Necesitaríamos un blog entero y pedirle al vecino que nos cediese un poco del suyo para hablar de la carrera musical de Ryan Adams. En siete años ha publicado diez discos y no presenta síntomas de agotamiento.
En cambio si tuviéramos que quedarnos o empezar con alguno sería con Gold. Es el mejor, digan lo que digan. Su segundo álbum, con el que se dio a conocer y por el que todos nos compramos inmediatamente el Heartbreaker (su primer álbum). Es alucinante. La pregunta era y sigue siendo ¿cómo se puede tener tanto morro? Cogió toda la cultura musical que tenía en la materia gris de su cerebro y la vomitó en 16 canciones. Todas dan la sensación de haberlas escuchado antes, alguien las había escrito ya pero se desconoce quién.
Comienza con un homenaje a la ciudad de los taxis amarillos, New York, New York, (ojito con el videoclip rodado en la ciudad yanqui 4 días antes del 11-S, en ella se ve el antiguo skyline de la ciudad), y después continua con auténticos bombazos como Firecracker, When The Stars Go Blue, Gonna Make You Love Me... Así hasta llegar a un orgasmo salvaje con Tina Toledo’s Street Walking Blues y el posterior y feliz descanso con Goodnight, Hollywood Blvd.
Gold es de eso pocos discos que reciben una calificación de diez sobre diez sin discusión alguna. Es una auténtica apisonadora, ningún crítico musical se le atrevió en su día a ponerle mala cara, ni siquiera una mueca.
A día de hoy Ryan Adams sigue haciendo discos como churros, cada uno más genial que el otro, pero ninguno toca tantos estilos como lo hace este.
En cambio si tuviéramos que quedarnos o empezar con alguno sería con Gold. Es el mejor, digan lo que digan. Su segundo álbum, con el que se dio a conocer y por el que todos nos compramos inmediatamente el Heartbreaker (su primer álbum). Es alucinante. La pregunta era y sigue siendo ¿cómo se puede tener tanto morro? Cogió toda la cultura musical que tenía en la materia gris de su cerebro y la vomitó en 16 canciones. Todas dan la sensación de haberlas escuchado antes, alguien las había escrito ya pero se desconoce quién.
Comienza con un homenaje a la ciudad de los taxis amarillos, New York, New York, (ojito con el videoclip rodado en la ciudad yanqui 4 días antes del 11-S, en ella se ve el antiguo skyline de la ciudad), y después continua con auténticos bombazos como Firecracker, When The Stars Go Blue, Gonna Make You Love Me... Así hasta llegar a un orgasmo salvaje con Tina Toledo’s Street Walking Blues y el posterior y feliz descanso con Goodnight, Hollywood Blvd.
Gold es de eso pocos discos que reciben una calificación de diez sobre diez sin discusión alguna. Es una auténtica apisonadora, ningún crítico musical se le atrevió en su día a ponerle mala cara, ni siquiera una mueca.
A día de hoy Ryan Adams sigue haciendo discos como churros, cada uno más genial que el otro, pero ninguno toca tantos estilos como lo hace este.
Aquí va un video de Firecracker, desde el especial "Music In High Places - Live in Jamaica"
4 comentarios:
¡Ojo!
Ryan Adams no es canadiense, es de Jacksonville, Carolina del Norte, Estados Unidos.
Bryan Adams, que no tiene nada que ver con Ryan Adams, sí que es canadiense.
Un saludo.
Cierto! muchas gracias
No se por qué siempre pensé que era de por allí. y eso que uno de sus discos se llama Jacksonville (city nights) y una de sus canciones hace referencia a Carolina (Norte o Sur, o quizás una chica, jeje).
Así que tú eres el que pide en los conciertos de Ryan Adams la de summer of 69...interesante.
Besos
jajajajaja
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